Después de cinco días de aplazamiento, causado por los fuertes vientos sobre el Centro Espacial de Guyana, la misión VV15 del lanzador Vega fue finalmente autorizada para despegar en la noche del 10 al 11 de julio. Este vuelo era el sexto lanzamiento del año para Arianespace y el decimoquinto con el lanzador Vega desde que comenzó a operar en 2012. Vega, el lanzador más pequeño de la familia Arianespace, iba a colocar el satélite de reconocimiento óptico Falcon Eye 1 de los Emiratos Árabes Unidos en una órbita polar a una altitud de 611 kilómetros. Pero después de poco más de dos minutos de vuelo, cuando se encendió la segunda etapa del propulsor sólido Zephiro 23, apareció una "anomalía" en el lanzador, haciendo que la misión fuera abortada. La Agencia Espacial Europea (ESA) y Arianespace decidieron inmediatamente encargar una Comisión de Investigación independiente. Su misión es analizar las causas de este fallo y definir las medidas necesarias para el retorno de Vega al vuelo en todas las condiciones de seguridad requeridas. Este era el decimoquinto vuelo del lanzador europeo, que hasta la fecha había alcanzado una tasa de éxito del 100%. Su próxima misión, prevista inicialmente para el 9 de septiembre, se ha pospuesto hasta la finalización de la investigación.